El domingo constante

Los viajes de vuelta ahora duran menos aunque el tiempo va más despacio. Será porque los días desde que te conozco cuentan más hacia atrás que hacia delante. Mientras tanto, se queja el viento en los zapatos harto de que ningún camino lleve hacia ti. Se mecen los ojalás desahuciados entre mareas de risas y de chistes mal contados para disimular que por mucho que estire los brazos hoy no te voy a tocar.  Ahora todos los días son domingo menos el sábado que ha sabido escaparse. Y en un domingo constante duele más despertarse sin ti, que no poder dormir contigo.


Todo este irme por los tejados será porque te echo de menos.

Comentarios