Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2013

No intentes

No intentes, solo respira y deja que todo fluya
tal y como está planeado;
no pretendo agobiarte ni hacerte ser quien no eres;
tú solo escucha antenta y sigue atentamente mis pasos,
para que algún día no solo respires,
sino que puedas aspirar a estar de mi lado.
Imagen original

Esqueleto

Un par de semanas pasan
sin que pueda si quiera olvidarme
de cada segundo que pasaba
mientras no conseguía abrazarte.
"Grítalo, escúpelo".
Me decía incesante,
cuando solo un par de palabras
me bastaron para situarte.

"Tu tranquila,
ya lo entiendo".
Me dijiste tranquilamente,
aunque yo solo pensaba
en que no podía amarte,
porque este dolor solitario
no es algo que quisiera prestarte.

"Vete,
soy yo la culpable,
tú no te mereces esto".
Te dije deseando
que creyeras que era cierto,
pero hoy aún sabemos
que esa mentira
no era más que el esqueleto.
Imagen original

Trenza

Hectométrica esponja del deseo que cae ante la juiciosa gravedad mecida por el tiempo en una cálida tarde de primavera hasta toparse con una mano que más que amarla la desea.
Trenza.
Imagen original

Gilipolleces

Por dejar mostrarte
un pedacito de mi cabeza
y juzgarlo;
por escuchar
lo que quiera decirte
y tratarlo como gustes.

Por ser realista,
descuidada queriéndolo,
por ser tú
y soltar lo que se te ocurra.

Por ser cruda,
imprevisible hasta lo humano,
y fría en ocasiones.

Por escupir cuando quieres
y tragar cuando sea necesario.

Por llamarme,
por hablarme,
por escucharme delirar,
por no cansarte de mis gilipolleces,
por no evitarme ni odiarme...
... hasta lo humano.

Gracias.

De sobremesa



- ¿Dónde quieres ir?

- Llévame al fin del mundo.

- Con la gasolina que me queda no podemos llegar ni al centro de Europa.

-Vamos a fugarnos a París.

- Yo siempre he querido ir a Tokio.



- Allí no podrías huir de mi, tus ojos destacarían entre la gente.


- Yo sólo veo el futuro besándote a dos manos.


- Yo sólo veo tus manos derrochando cobardía.


- Me paso el día huyendo. Pero siempre camino mirándome los pies.


- Siempre vas buscando heridas.


- Heridas que lamer.


- La vida es más que sufrimiento.


- Es nostalgia. La vida se torna nostalgia cada domingo por la noche, se llena de horas que me separan de tu cama.


- La dejas llena de otoños en marzo.


- Abril… dirías abril si fueras poeta.


- Prefiero hacerte a ti que hacer poesía.


- Prefiero brindar por nuestros pecados. 


- Prefiero follar esperando la resurrección.




- Acabarás pidiendo clemencia.


- Quizás hoy empiece a creer en Dios.

Volvemos a empezar.



Y colorín colorado…
¿Crees que lo deberías besar?
Princesa este sapo no es azul.
A media noche tu cama no será una calabaza.
Y estos zapatos… ¿se ha roto todo el cristal?
La de cuentos que estás imaginando.
Quizás un baile, quieres girar.
¿Conquistamos otro planeta?
Cierra los ojos, puedes volar.
Esto es una función de marionetas
Lo mismo podemos rebobinar.
aunque no amanece en ninguna parte.
Hemos formulado el hechizo equivocado.
Si contamos hacia atrás lo mismo comenzamos.
Y colorín colorado….


 Volvemos a empezar.

A la luna

Al comerse el plato
la luna gritaba...
"¡Está frío!
¡Yo no quiero comida fría!".

No paraba de moverse
ni de gruñir...
"¡No te quiero!
¡Vete de una vez!".

Que dulce obligación
sentía al cuidarla...
"¡Cállate luna!
¿No ves que es por ti?"

Por ti...
Como si ella lo necesitara...
Todo esto no era por la luna,
era porque creía que la amaba.
Imagen original

Te creo



No me creo tanta palabrería,

No me creo a ese que llaman amor.

No creo al corazón cuando se agita los cinco minutos previos a la primera cita.

No creo en las primeras citas,

ni en las segundas

ni en verte tres veces por semana y dormir pensando en ti.


No creo en los silencios, incómodos, en la puerta de tu casa.

No creo en el felices para siempre, en el comeremos perdices.

En el compromiso de querernos, incluso a deshora.

En las comidas a medias y mirar las estrellas abrazándote.

No creo en el para siempre,

Ni en los nunca desesperados al final de cualquier desengaño amoroso.


Pero...


Creo todo lo que no me mientes

Creo en tu boca cuando está cerca del botellín de cerveza

Creo en la espuma en tus labios

Creo en tus labios en mis labios

Llamarte amor cada vez que lo hacemos


Creo en tus caderas cada vez que deseo perderme en ellas

aunque sea pecado

Creo en las historias de una noche.

Escribirte de nuevo cada amanecer.

Esbozar tu sonrisa entre sábanas.

Creo que ya me toca.

Creo que ya nos creemos.

Creo que ya nos toca.


Politiqueo innecesario

Mirando por la mirilla un gracioso chiquillo
consiguiendo vislumbrar
una porción de la realidad;

un precioso árbol
sostenido sobre un estanque
con enormes ramas frondosas
y miles de insectos
de todos los colores,
de todas las formas,
revoloteando grácilmente.

Pero su mirada era demasiado estrecha
y no alcanzaba a ver
que alrededor de ese precioso árbol
un bosque entero empezaba a arder.

Si tan solo no se hubiera conformado
con ver a través de la puerta
y al menos hubiese intentado
empujarla o esquivarla
habría podido comprobar
el peligro que se acercaba
pues acabó un bosque quemado
con gaviotas asfixiadas.
Imagen original

Esa noche era de día

Sin escamas en los hombros
ni aceite en las manos
seducido por la luz
esbozo una enorme sonrisa.

Era de noche
y tarde me atrevería a decir
pero mi estómago rugía
-no pienso atreverme a mentir-.

Más cegado que la codicia
reposaba
iluminado y anonadado
escuchaba.

Y no estabas,
pero no importaba
más que una noche en mi cama
ya que mis atronados oídos
de placer casi lloraban.

Se erizaron las puntas
y las raíces
y la cintura
y las pestañas.

Con una alegría plena
al ver nacer en la oscuridad
una centésima de día
reflejado en la humareda
y una risa sarcástica
al ver que no estabas cerca.
Imagen original

Sombra

Siempre he estado a tu lado cuidándote, haciéndome cargo de tus problemas y observando tus alegrías (sí, observando, pues la absoluta pasividad reinaba en mi cabeza). Te he ayudado de formas que jamás imaginarías y te he puesto por delante de todo cuanto tengo, incluso de mi mismo.

Pero esto no es un ultimátum, voy a ser tu esclavo hasta que el sol se apague y no quede más que hielo en el mundo, y créeme cuando te digo que seré el primero en congelarse, pues no dudaré en darte todo mi calor.

Y todo esto, ¿por qué?

Porque cuando te miro me siento sucio, siento una suciedad pura, como la de aquel que no hace lo correcto porque no lo desea o la del que quedó abandonado en casa durante semanas. Y es ayudarte y cuidarte lo que elimina esa sensación perseguidora que no me quita ojo.

Créeme cuando te digo que después de hoy la tierra seguirá girando y tú respirando, pero quiero que sepas que soy consciente de lo que hago y el por qué, sólo que tú no lo sabes, y jamás lo sabrás.

No me conoces, ni jamás llegarás a conocerme; y si te preguntara, me dirías que me conoces desde hace mucho tiempo. Es normal, porque ya me he bebido océanos por ti, porque seré tuyo aunque ya tengas a otra persona, porque estaré a tu lado, porque soy tu sombra.

Imagen original

Todo lo que puedes soportar

Sujeto a tu mano con miedo a dejarte escapar acabo sintiéndome como un niño con la necesidad imperiosa de escuchar "vete" antes de calcular mi próximo movimiento.

Puede que todos nos sintamos así a veces, pero cuando eres el anfitrión de la mano sujetada, la situación se vuelve extraña; no incómoda, pero dolorosamente atípica.

Nadie está preparado para soportar la carga de dos vidas, y es por eso que disfrutamos divulgamos sufrimiento para encontrar a alguien que sujete nuestra espalda mientras caminamos.

Curiosamente, existen seres que insisten (vete tú a saber por qué) en mantener su propia carga al completo como si de un alfiler se tratara.

Sinceramente, nunca me ha parecido sana la filosofía de "el dolor purifica", así que dejo un mensaje para todo aquel que esconde un libro en su cabeza:

El mundo es benigno, solo tienes que encontrar a las personas adecuadas para mirarlo.
Y las espaldas se rompen.

Imagen original 

Iceberg




Soy puro hielo en este invierno anticipado. 
Dispara esa última bala que guardas en la recámara.
Juguemos a destrozarnos en pedazos, 
quiero derretirme
volatizar 
me
hacer humo todo lo que me da miedo
y después, abrazarte.





Judas

Golpéame en el corazón
con fuerza
hasta que escuches chasquidos
de mi cuerpo insensible por ti.

Escúpeme en el cuello
y muérdeme
pero no intentes quererme
para hacerme sentir menos odiado.

Salta sobre mi cabeza
con tu cara negra
y tus ojos rojos
pero no olvides
que cuando coja tus manos
no seré yo el que sienta pena,
y no sentiré
ni rabia
ni celos
ni ira
ni un pellizco de culpabilidad,
porque entonces será
tu cuerpo
tu alma
tu cara
tu pelo
el que se perderá en la tempestad.

Muérete en paz,
piérdete de una vez por todas,
que algún día fui solo tuya,
pero con mis viejas cadenas
te encadenaré a tu tumba.
Gracias por inspirarme:

Olor a galleta

Tip tap bajo unos dedos
y fiebre bajo una mesa,
tú durmiendo en mi hombro
y yo sopesando una siesta.

Nada más calmado
ni nada más feliz
que escuchar la tierra girar
mientras me limito a dormir.

Agradéceme lo inútil
y déjame dormir a tu lado
que por mi gracias que des
siempre diré que no era necesario.

Duérmete
y dame un beso
que mañana será otro día
en que siga acariciando tu pelo.
Escrito escuchando: Imagen original

Teoría del Caos



Mis moléculas tiemblan

en cada una de tus diez dimensiones

y componen en el tiempo

el caos de mi ser.

No elegir ya es una elección



de posibilidades superpuestas

en lo infinito del ahora.



Comencemos...
con otro Big Bang.