La pantomima

Sabías que ahora todas las canciones se tornarían ruido y que por mucho que pisaras fuerte, nunca más ibas a dejar huella.  Te abrías paso entre los días como un poema triste, de esos que nunca acaban porque nunca llegaron a empezar. Te arrancabas la piel intentando borrar las caricias y deseabas que tu recuerdo me provocara ardor de estómago. Así cada vez que bebiera me acordaría de ti. 

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