Rebosando dunas

Es desesperante que no estés en ninguna de las mujeres que me desvisten,
o en ninguna de aquellas que se sientan púdicas a mi lado.

En ninguno de esos desnudos arrasados,
en ninguno de esos gemidos desolados.

Es desesperante que llegues sin llegar,
que me vea huyendo de otros cuerpos hacia uno que no está
…y que continua tan lejos cuando se acerca.

Es desesperante que la sola voz de tu abrazo me haya expulsado al vagar del sediento;
al espejismo, a la arena, a la sal.

Donde son mis torpes pasos los de un Midas maldito
que hacen rebosar las mismas dunas que entierran tus huellas,
convirtiendo todo oasis en más sed, en más mentira, en más desierto.

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