Última conexión
La vida está llena de errores y de segundas oportunidades. De
enamorados con vértigo que prefieren vivir en la calma de la rutina en lugar de
derrochar adrenalina. Ya no corre ni sangre por las venas ni las ganas de coger
aviones con destinos inciertos - que deseabas que aterrizaran en unos labios
que soñabas más de lo que besabas -. Y ahora, te riegas la maraña de todo lo
que crees que sientes a base de la saliva de una boca que no es en la que piensas,
por ejemplo, cuando cortas zanahoria. Ni es la mirada que aguardaba en la línea
de meta en la carrera de los cobardes con más de cien metros lisos de almohada.
La vida está llena de falsa moral y de sexo encubierto. De tus manos tejiendo
algún plan quizás para destrozarnos una vez más el alma, quizás para ver pasar
los días tranquila con una taza de té mientras chorreas tinta. Perdóname si te
hiere más una indirecta que una bala llena de rimas mal hechas, pero aunque los
imposibles no existan nos hemos empeñado en hacerlo complicado. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que
lo aguante, pero de tanto ir contracorriente ya me fallan las piernas,
aunque no las ganas.
Y lo peor de todo esto es que estás preciosa hasta cuando te
enfadas. Y me lees y me crees cobarde, loca o enamorada. Pero estás preciosa
hasta cuando no me hablas. Y cortas zanahoria pensando en cualquiera menos en
mí. Estás preciosa incluso cuando coges aviones con destinos bien pensados y
miras por la ventanilla intentando disimular tu miedo a las alturas. Cuanto más
alto subimos más pequeñas se ven las cosas, hasta los problemas, hasta tu
sonrisa.
Última conexión hoy a
las 16.51.
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