Así frotaba, así, así

Los corazones, al igual que la ropa, encogen si se lavan con agua caliente. 
No queda hueco para más ni para menos.

La sonrisa delatora, la mirada soñadora
y perdiendo la vergüenza a la vez que la paciencia.

Hasta aquí podíamos llegar...
El frotar se va a acabar.

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