Las mejores vistas del mundo

La casa es pequeña, primero sin ascensor, el portal huele a whisky barato. He abierto la ventana y he pensado que tenía las peores vistas de la ciudad, que me había vuelto loca por querer vivir aquí o que de vivir aquí me había vuelto loca. Parece que nada tiene sentido. Pero acabo de girarme y te he imaginado en el sofá, con mi pijama puesto. Sonriendo lías otro cigarro y excusas a tu cepillo de dientes de vivir ya en el baño. Es por mi boca, que es adicta a la menta. Magia es convertir la rutina en el plan perfecto. 

- ¿Dónde has estado todo este tiempo?
- Perdida, buscando el momento para encontrarnos.


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