Los zapatos
Soy carne del escapismo. De lo
oculto. Me duelen los dedos de no gritar todo lo que aún no hemos vivido.
Mientras pasa el verano ando despacio para no dejar rastro. Desde que estás
duermo más y disfruto de los ataques de insomnio. Soñar despierta con tu
mirada, porque no son tus ojos. Me pongo guapa las entrañas por si llamas sin
avisar. No es fácil morir de amor ni amar a muerte. Ni acallar todas las voces
que dicen quédate mientras te pones los zapatos.
Comentarios
Publicar un comentario