Despedida

Hay viajes sin retorno, de esos que empiezan a media noche con el sabor de una cerveza negra. Y tú me mirabas y temblabas. Y yo no quería perderte. A veces una respuesta aleatoria es lo mejor que podemos ofrecer. A veces tender la mano no es suficiente, a veces hay que estirar el alma para alcanzar al destino. Te odio por esta despedida. Me odio por no poder quererte.



Y a veces caes, pero no conmigo.

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