Sombra

Siempre he estado a tu lado cuidándote, haciéndome cargo de tus problemas y observando tus alegrías (sí, observando, pues la absoluta pasividad reinaba en mi cabeza). Te he ayudado de formas que jamás imaginarías y te he puesto por delante de todo cuanto tengo, incluso de mi mismo.

Pero esto no es un ultimátum, voy a ser tu esclavo hasta que el sol se apague y no quede más que hielo en el mundo, y créeme cuando te digo que seré el primero en congelarse, pues no dudaré en darte todo mi calor.

Y todo esto, ¿por qué?

Porque cuando te miro me siento sucio, siento una suciedad pura, como la de aquel que no hace lo correcto porque no lo desea o la del que quedó abandonado en casa durante semanas. Y es ayudarte y cuidarte lo que elimina esa sensación perseguidora que no me quita ojo.

Créeme cuando te digo que después de hoy la tierra seguirá girando y tú respirando, pero quiero que sepas que soy consciente de lo que hago y el por qué, sólo que tú no lo sabes, y jamás lo sabrás.

No me conoces, ni jamás llegarás a conocerme; y si te preguntara, me dirías que me conoces desde hace mucho tiempo. Es normal, porque ya me he bebido océanos por ti, porque seré tuyo aunque ya tengas a otra persona, porque estaré a tu lado, porque soy tu sombra.

Imagen original

Comentarios