Esqueleto

Un par de semanas pasan
sin que pueda si quiera olvidarme
de cada segundo que pasaba
mientras no conseguía abrazarte.
"Grítalo, escúpelo".
Me decía incesante,
cuando solo un par de palabras
me bastaron para situarte.

"Tu tranquila,
ya lo entiendo".
Me dijiste tranquilamente,
aunque yo solo pensaba
en que no podía amarte,
porque este dolor solitario
no es algo que quisiera prestarte.

"Vete,
soy yo la culpable,
tú no te mereces esto".
Te dije deseando
que creyeras que era cierto,
pero hoy aún sabemos
que esa mentira
no era más que el esqueleto.
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