Tic, tac...




Tic, tac. 
No dejas de comprobar el reloj. 

Tic, tac. 
La cuenta atrás acelera el corazón. 

Tic, tac. 
Hace tiempo que no decides sólo tú. 

Tic, tac. 
¿Cable rojo? ¿Cable azul? 

Tic, tac. 
Los miras, pero sabes que no los vas a cortar. 

Tic, tac. 
Por momentos incluso los quieres arrancar. 

Tic, tac. 
Aunque de nada sirve ya. 

Reconócelo: no pararás hasta oír el “BOOM” que destruya tus tímpanos y tu integridad. 

Tic, tac. 
Tic, tac. 
Tic, tac.
Continúa la cuenta atrás.

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