Peter Fran


Aprendo de los reflejos la espiral del desagüe de las penas;

para cada gota de lluvia, un sumidero de emergencia:

Para aquellas tediosas sombras zurcidas a mis talones,

las que recorren tristes los andenes,

las que agitan húmedos pañuelos en estaciones.

Para aquellos personajes suicidas, funámbulos en una triste frase,

eternos insurrectos al emborronado,

aferrados a las dentelladas del tic-tac de mis almohadas,

dictados en pizarras saladas por el mismo reverso de estas tizas,

esgrimo mil estocadas de tippex del tintero infantil, que paciente, me aguarda tras la mirada,

sobre las que tatúo para cada día un sueño y un no envejecer,

burlando al pirata de los espejos con una sonrisa.

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