Viniste a gemir
Eso que llamamos soñar nos estuvo esperando a la vuelta de la
esquina,
tras la almohada.
Eso que llamamos complicidad nos estuvo esperando a la vuelta de
la esquina,
tras la cama.
Esto de ahora se llama gemir.
Has venido a gemir, no te engañes. Ambos nos hemos equivocado.
Eso que llamamos amar nos estuvo esperando a la vuelta de un
latido,
cuando estábamos vestidos, justo antes de olvidarnos;
tras nosotros.
Esa caricia que tú y yo andábamos buscando,
esa que traería la calma y el sosiego,
nos debió dar esquinazo tras el primer beso.
Esto de ahora se llama gemir;
chupa y calla.
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