Empire State



El humo inunda la habitación. El frío, que quema, penetra por la ventana. 
Las sonrisas fingidas se escapan, se desvanecen. Se cae la piel que sirve como envoltorio. El esqueleto, pútrido y astillado, queda a la vista. Un puñado de huesos mal puestos que duelen sólo con mirarlos. Son demasiado frágiles. 
Se convierte en amenaza cualquier pupila que se clave más de lo permitido. Hemos creado una puerta de acceso que no puede cruzar aquel que sepa más de la cuenta. Pobres títeres sin cuerdas. Marionetas que intentan romper sus hilos para no ser llevados por sus sentimientos. - Y piensa mientras le da otra calada al cigarro, ¿de qué sirve eso? -. 
El dolor, encerramos el dolor dentro de nuestro cuerpo. Realizamos cada movimiento con exquisita precisión para evitar ser descubiertos. Como un ladrón de cascabeles. – triste y cómica metáfora, ¿no crees? – que si comete un fallo milimétrico, generará tanto ruido, que será descubierto. 
No muestres nunca tus puntos débiles. Cúbrete la espalda. El amor te puede atacar desde la ventana más alta del Empire State, o desde los labios de una increíble rubia tirada en tu cama. No sabes cuál es la mayor altura, si toda esta mierda que te llena impide que sientas vértigo por alguien. 


¿Te acuerdas de cuando era diciembre? Más de trescientos amaneceres han pasado y has perdido la capacidad de sentir miedo por nada. Te volviste temeraria y destrozabas más corazones de los que ansiabas, ansias y ansiarás habitar. Joder. No puedes ser tan puta, tan piedra, tan coraza, tan iceberg que se derrite entre lágrimas en la almohada. Tu propia y solitaria almohada, porque no eres capaz de dejarte ver en cualquier parte ni con cualquiera. - ¿No te duele? -.
Todo esto es la espiral que has creado, donde tú has decidido ser el ojo del huracán. Pareces en calma pero se avecina el fin de mundo. Ojalá que acabe ya. Pon una bomba que destruya mis cimientos, genera un terremoto que descoloque mis vísceras. Llora tanto que se derrumben mis principios. Pero hazme caer y déjame en el suelo. No intentes levantar algo que no tiene fundamento. 
Esta noche todo se apaga, se apaga… se acaba.


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