Noviembre



Quizás no me acostumbro al dolor, a que las cosas lleguen por la espalda y no de frente, como esperas. Doy más traspiés que pasos pero menos que caídas. Cada día (me) duele más y sufro menos, y eso tiene sus ventajas. Inevitablemente, no podemos modificar nuestro destino – si es que existe, si es que crees en él -, pero podemos intentar que nuestra existencia sea lo más llevadera posible. Abres los ojos. Hoy has dormido poco y has soñado mucho. Recuerdas que los sentimientos que no se demuestran, no sirven de nada. Y empiezas a quererte así, con tus miedos. Poco a poco te molesta más la coraza, que ha llegado a ser tan pesada como el muro de Berlín. Pero es noviembre y tiene que caer, al fin. 
Intentas dejar de ser iceberg porque te has cansado de vagar a la deriva. Es hora de parar,
respira
y sigue hacia delante.

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