La burla del ovillo
a posar saliva por entre las piernas de las musas,
a batir el récord de los mil senderos sin meta,
a llevar en mi maleta interrogantes de un
desconocido.
Vuelven a gritarme errores los estribillos,
a descubrirme tus rizos el coño de una
cualquiera,
a escupirme ocho caras las monedas,
a morderme las uñas que se dudaban enteras.
Y vuelvo aquí, donde mora la incertidumbre.
Donde el vasto llano de lo no sentido burla los
cabos a mi ovillo.
Aquí donde respiro, donde todo brota nuevo, subjetivo.
Donde me desmonto, me pierdo, me olvido.
Donde me rehago en el iris de la sorpresa del chiquillo.
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