En el silencio rima con calor

En el silencio está aquella que faltaba.

El agua tejiendo sus ondas.

La música danzando instrumentos.

El cielo abanderando colores.

El árbol taquigrafiando sus hojas.

El beso esgrimiendo los labios.

Al final de las salivas está siempre la última.

La que sólo acude al callar,

la que elude al necio charlatán,

la que dura infinitos sin ni siquiera comenzar,

aquella que te despide cuando te vas.

La única que de verdad dice algo

aun sabiéndose incapaz de decirlo todo.

La única que nos hace crecer es muda,

invisible e impalpable.

La única,

esa que nos mata y nos muere,

la que se finta del movimiento de las bocas

y de los tinteros del poeta.

Que no lucha por ser escuchada,

por ser comprendida o interpretada.

Que ni se queda ni envejece,

que no tiene propietario ni timón,

o gente que la reciba en ningún puerto,

sean de destino, partida o perdición;

pues vive volando libre de acepciones, de distancias y estación.

La única que nos crece, nos aumenta,

no se pronuncia ni sabe de ausencias.

Esa única,

siempre tan aligeradamente articulada,

siempre tan malogradamente apresada


…es hermana consonante de calor. 

Comentarios